Casi desprendían vaho las pollas de los dos chavales al meterlas en el agua fría.
Primero
la sumergió Iñigo y la tuvo un rato dentro para enfriar el ardor de huevos que tenía; y tras
él lo hizo Ramiro sin dejar de mirar como goteaba la pija del otro muchacho al retirarse de
la palangana para dejarle sitio libre a él y pudiese refrescar bien el miembro y los
geniales, hinchados y colorados como dos tomates de huerto.
Y el conde llamó a su lado
a Sergo y éste se acercó al amo mirando al suelo más por la vergüenza de ser follado
delante de Ramiro que por acatamiento o respeto a su señor.
Todavía tenía el prurito de
ser demasiado hombre con quienes no fuesen el mancebo o el propio conde; y poner el
culo como una puta ofrece el coño para que la jodan, le daba reparo si otro macho que no
fuese el amo o los otros dos esclavos pudiese presenciar la follada y saber que en
realidad le gustaba y se retorcía como una zarza al llegar el momento álgido del orgasmo
y no de dolor por ser penetrado con violencia, sino de puro vicio y gustazo al sentir
moverse una polla dentro de su cuerpo.
Su pene segregaba precum en cantidad y le
costaba mucho no eyacular antes de que se lo consintiese el amo.
Con el mancebo era
diferente, porque no había dominio y sumisión entre ellos y hacían el amor hasta que
ambos, sin necesidad de decir nada, se corrían al mismo tiempo viéndose a los ojos o
besándose, o quizás mordisqueándose en el cuello como dos cachorros que aún no
saben que sus dientes pueden ser armas mortales para otros si han de cazarlos para
sobrevivir.
Nuño sujetó a Sergo rodeándole el cuello con su brazo izquierdo, como si fuese una res, y
le obligó a inclinarse hacia delante doblando el espinazo. Y el conde se dirigió otra vez a
Ramiro: “Mira bien este ejemplar. Esta es carne para hombres hechos! Un verdadero
espécimen de esa raza de fieros guerreros tan certeros como contundentes para matar o
follar... Es fuerte como un buey y luchando sin más armas que sus manos vencería a un
toro por muy bravo que fuese. Pero tiene los cojones como el más bravo de la dehesa. Y
como un semental, su esperma es de pura casta para preñar, aunque en lugar de vacas
sean hermosas zorras como esa joya que todavía espera para ser usado. Mi bello esclavo
de piel color de miel y ojos tan profundos como los tuyos y luminosos como una noche de
luna llena. Pero ese es un manjar al que todavía no le ha llegado su turno. Centrémonos
en esta otra maravilla de la naturaleza, cuya espalda, rematada por esas cachas potentes
y robustas, es un regalo que quiso hacerle al no darle más fortuna que un físico
estupendo.
Y no digamos estas mollas de los muslos y piernas. Son jamones curados al
aire frío de los montes y magro puro sin apenas vetas de grasa. Morder esta pieza es algo
indescriptible, porque es tan resistente su encarnadura que te daña las encías si aprietas
muy fuerte... Acércate, Ramiro y pasa la mano abierta desde la nuca hasta el principio
del culo... Un lomo perfecto para montarlo. Pero si acercas la nariz a la raja,
entonces ya no sólo querrás cubrirlo para aparearte con él, sino que querrás cabalgar a
todo galope apretándole a fondo en los ijares. Y ya ves, sólo es mi esclavo por amor a ese
otro que tú deseas también. Y ese otro solamente es un capricho creado por la naturaleza
para mí complacencia. No es que sea mi esclavo, sino que es un modelo genial modelado
según mi deseo y para mi placer. Y para poder rozarlo y mucho más pretender gozarlo,
antes debes sacrificar tu libertad, tu dignidad y orgullo y cualquier prenda que consideres
preciosa y querida para ti. Empezando por la virginidad de tu ano y tu boca. Porque si
aspiras a yacer con alguno de mis esclavos tienes que serlo tú también y renunciar a todo
lo que recuerde tu vida anterior... No serás otra cosa que un animal de mi propiedad y
puede que menos apreciado por mí que el peor de mis perros de caza. Pero también
puedo estimarte en lo que vales y merezcas y te convierta en uno de mis predilectos
como lo son ellos. Y quizás ese delirio que persigues y te quita el sueño se haga realidad
con forma de la suave y delicada carne de mi mancebo. Y si te esmeras como ya espero,
serás mi bocado preferido en esta fiesta de la que eres el invitado de honor... Pero no
adelantemos acontecimientos y volvamos con esta criatura que soporta el yugo de mi
brazo con la misma paciencia y docilidad que se somete a mi poder... Es el único hasta
ahora al que le concedí el privilegio de meter la verga dentro del culo de mis esclavos
preferidos. Sólo cuando yo lo permito, naturalmente. Ya que si lo hiciese de motu propio y
sin contar con mi autorización, perdería sus atributos de un hachazo. Gozar el mismo
placer que el amo tiene sus riesgos y su sacrificio sino se cumple como es debido la
voluntad del señor... Lo entiendes, Ramiro?”
El chico estaba rojo como una granada y si le hiciesen un tajo en su corteza se
desgranaría de puro maduro que estaba para ceder ante la presión del conde y ofrecerse
a él para que lo tomase como esclavo y le rompiese el culo de una vez.
Y respondió: “ Si,
señor. sé cual es el precio y las consecuencias inevitables que vendrán después”.
Pero
Nuño aún quería ponerlo más caliente y colocarlo en el disparadero para no fallar y
acertar en el centro de la diana.
A Ramiro no le quedaba capacidad de resistencia y hasta
le latía el esfínter con la misma intensidad que a Sergo, que ya lo tenía expuesto para ser
usado por su dueño.
Y el conde agarró al vikingo por las orejas y le ordenó que le
mamase el rabo hasta que notase el sabor salado que anunciase la pronta salida de su
leche.
Y a Ramiro le empezó a manar un hilo continuo de suero pegajoso que alcanzó el
suelo con rapidez.
Y Sergo chupaba con esmero y ahínco poniendo todos sus sentidos en
la verga del amo.
Y notó en el paladar ese gusto saladillo previo a la eyaculación del
conde en su boca y lo miró solicitando permiso para seguir y tragar, mas el amo no se lo
dio y se la retiró bruscamente dándole una torta en todo un carrillo.
Pero Sergo no se
inmutó ni se movió y aguantó de rodillas a que el amo manifestase su deseo.
Guzmán, al lado de Iñigo, veía como Ramiro era llevado por el callejón hasta el chiquero
de donde no podría salir si no era marcha atrás.
Y ni así le sería posible, puesto que el
amo bajaría la trampilla cortándole la retirada al chaval.
El culo de Ramiro ya olía a la
polla de Nuño y, aún sin haberle llegado el momento, el mancebo ya veía como su amo se
la clavaba entera sin darle tiempo ni a respirar hondo para no sentir un dolor tan agudo al
dejar de ser virgen.
Y se fijó en lo bello que era ese muchacho y en el cuerpo tan bien
hecho que tenía y lo muy masculino que resultaba ese vello algo rizado, negro y brillante,
que tapizaba tan sugestivamente sus miembros y algo del pecho.
Y detuvo la vista en el
felpudo rizado y muy oscuro que ahora lo partía en dos su polla tiesa y perdida por las
babas que escurrían por ella.
Y el mancebo se dio perfecta cuenta que ese rapaz estaba
a punto de estallar y sin que su amo se lo ordenase, cogió una jofaina con agua y se la
echó entera encima de los genitales para amainar el furor que consumía las bolas de
Ramiro.
Nuño miró a Guzmán requiriendo la causa de su acción, pero lo entendió al ver la
sorpresa dibujada en la cara de Ramiro y el consiguiente estupor que mostró el chico con
la pija pingando, pero igual de dura y levantada que antes del chaparrón.
Y el conde
empujó a Sergo hacia la cama y tirándolo de bruces sobre ella lo montó separándole con
violencia las patas y obligándole con sus propias manos a levantar el culo para metérsela
entera sin más calentamientos ni dilatación.
El chico gritó con la primera embestida, que
no la esperaba tan profunda ni violenta, y se recuperó de inmediato para aflojar mejor el
ano y dejar que el amo lo follase a su antojo, aguantando los empellones como la mejor
de sus rameras.
Y al ver Ramiro esa forma de follar un culo, notó que el suyo se
humedecía y le temblaron las piernas temiendo no poder soportar un trato igual.
Sin
embargo, el culo de Guzmán merecía la pena cualquier esfuerzo y sufrimiento por grande
y doloroso que fuera.
Yo he estado leyendo toda la saga del Conde, una pieza maravillosa de la lectura erotica, una creación fabulosa del Maestro Andreas, si olvidar el trabajo fantástico de Stephan, por supuesto cumpliendo órdenes de su Dueño Maestro German. Los saludo a todos, desde Brasil. Me encanta muchíssimo toda la historia. Certamente en el año nuevo tendremos mucho más calentura por leer esta fantástica saga. A mi me pondría de rodillas para ofrecerme esclavo al Conde y hacer parte de su jauría.
ResponderEliminarMuchas gracias Floripa por los elogios, que en el caso del Maestro Andreas son merecidísimos.
EliminarBom ano para você e para todos os brasileiros bonitos!